Cozy Kis

Pixel Cafe

Siempre he sido muy fan de los juegos de cafeterías, ese estrés en un entorno controlado (lo que no es trabajar, vamos) que te absorbe completamente, me engancha mucho. Por eso cuando probé la demo me encantó, lo que no que esperaba, era que iba a convertirse en uno de mis juegos favoritos.

Pixel Cafe es un juego en pixelart de simulación de cafeterías en el que jugamos con Pixel una chica de 20 años que huye de una familia que no la entiende para terminar trabajando en hostelería. Nuestro trabajo será atender los pedidos que nos llegan al restaurante, superar todos los días que tiene cada uno de los mapas (niveles) para ir desbloqueando diferentes ubicaciones. Aparte cuenta con niveles de pesadilla, que son una auténtica pesadilla como su nombre indica, pero opcionales.

Es un juego muy arcade, según vayamos sirviendo los platos/ bebidas iremos ganando dinero y rellenando la barra de nuestra calificación, máximo tres cafés. Además, tendremos otra barra de combo que se irá multiplicando si hacemos todo correctamente. No podemos entregar un pedido erróneo, pero sí sufriremos una penalización si se nos desborda la bebida o quemamos un plato.

Lo más chulo de todo es que con el dinero que vamos consiguiendo podremos amueblar nuestra casa, lo que nos dará unos puntos especiales para desbloquear habilidades nuevas: que la comida tarde más en quemarse, los desperdicios nos penalizan menos o una habilidad especial que nos permite ralentizar el tiempo.

Si sois personas de estrés fácil, no os preocupéis, porque el juego cuenta con tres dificultades, más de la habilidad mencionada antes. Yo he terminado jugando en fácil y una vez que tienes interiorizados los mil botones no es complicado. De hecho, creo que baja también el nivel de los mapas de pesadilla. El juego te recomienda jugar con mando, pero creo que es casi obligatorio, no veo como vas a tocar tantas cosas en un teclado.

También podemos comprar encimeras para los diferentes restaurantes por los que pasemos, que nos facilitarán un poco la vida. El juego tiene una cantidad increíble de cosas para hacer, desde servir cafés, bebidas, batidos, preparar tartas, sandwiches… Además de los colorines, cuenta con ayudas visuales de símbolos, porque entre tanto estrés se te puede olvidar como mezclar colores.

Una cosa que me ganó desde el principio, es lo de ir desbloqueando ubicaciones nuevas según progresas. Que no solo añaden más recetas, también lo acompaña una banda sonora única que crea una ambientación increíble junto al decorado que también va cambiando. La verdad es que no me esperaba un mapa tan grande ni con tantas ubicaciones diferentes. Ni zombis.

Y si habéis conseguido llegar hasta aquí, os preguntaréis por qué un juego tan arcade se ha convertido en uno de mis favoritos, pues bien, empecemos con lo interesante. Lo primero de todo, y creo que es la primera vez que me lo encuentro, Pixel Cafe no romantiza la hostelería, Pixel no está cansada de su trabajo y se va a un pueblo a abrir su propio restaurante y ser rica. Pixel vuelve al pueblo a casa de su difunta abuela porque tiene una relación horrible con sus xadres y se ve obligada a trabajar como camarera (aunque le apasiona cocinar) para jefes bastante cuestionables.

El juego muestra las peores cosas del gremio, desde el jefe que te trata mal, el que no te quiere pagar, el que acosa sexualmente a sus trabajadores (no es tan explícito como para ser un CW)... hasta el que tiene pasta que puede permitir montar mil restaurantes aunque a los dos días tenga que cerrar y ni siquiera recuerda quien eres.

Pero no se queda en esto, la historia también es el viaje de Pixel para encontrarse y descubrir quién es, en una generación que ha desligado su identidad del trabajo. Es romper con tu familia porque no te entienden ni son capaces de darte lo que necesitas, porque somos una generación que lo tenemos todo (o eso dicen) pero ni siquiera podemos acceder a una vivienda. Como millennial me he sentido muy representada demasiadas veces.

No todo es triste, he disfrutado mucho explorando la relación de esta chica con su abuela y como va reviviendo los diferentes momentos que tuvieron. Ha habido un par de escenas que me han hecho soltar alguna lagrimilla.

Como parte mala comentar, que los últimos mapas se me han hecho un poco bola, ya tenía todo desbloqueado y puede hacerse un poco repetitivo, aunque va metiendo cosillas como lo de los zombis, clientes impacientes que te destruyen el pedido, arreglar la cafetera o los plomos. Pero bueno, al final es un juego largo y yo estaba aquí por la historia.

De verdad dadle una oportunidad que solo por la historia tan humana que tiene, se lo merece todo.

Y hasta aquí mi "breve" reseña, si queréis compartir vuestra opinión podéis hacerlo en Mastodon. Y si buscáis más jueguitos indies tenéis la mentoría de Steam. Un besito.

#buenas historias #simulacion